Es más claro para mí, encontrarle sentido a mi existencia, después de escuchar que como seres humanos, oscilamos entre la ilusión de sentirnos eternos e inmortales y la incertidumbre de la llegada de la finitud.
Oscilamos entre el ser y el no ser, el amor y el desamor, vamos y venimos entre la vida y la muerte
Hay un temor inconsciente a la muerte, a la inexistencia. Es por eso, que la conciencia de ser mortales, le da sentido a la vida misma; vivir se convierte en una necesidad inherente que nos obliga a esperar la muerte.
Ahora entiendo que la muerte, se presenta ante mí a cada instante, disfrazada de llanto y rabia, atrapada en una espesa masa de emociones, de angustia, miedos y dolores.
Así, la vida se convierte en un ir y venir de promesas e insatisfacciones, de sueños e inseguridades, de comienzos y cierres.
Esperar vivir siempre, es exterminar la posibilidad de ser inexistentes en un mundo incierto. Experimentar vida y muerte, le da sentido a la existencia misma.
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